abril 18, 2008

El Holandés Errante

La historia del Holandés Errante o el Holandés Volador (The Flying Dutchman), es una de las más famosas y quizá de las más antiguas leyendas del mar, ya que circula desde hace más de 400 años. Se trata en pocas palabras de un barco fantasma que no puede volver a puerto, y está condenado a vagar para siempre por los océanos del mundo.

La versión más conocida de la historia del Holandés Errante, cuenta que la nave de un tal capitán Vanderdecken, fue atrapada en una terrible tormenta cuando curvaba el cabo de Buena Esperanza. Los pasajeros aterrorizados, rogaron a Vanderdecken que se refugiara en un puerto seguro o que, por lo menos, arriara velas a intentara capear el temporal, pero el enloquecido capitán se rió de sus súplicas y atándose al timón, comenzó a cantar canciones sacrílegas.

La tripulación también se alarmó por la conducta de su capitán e intentó hacerse con el control de la nave, pero el intento de motín fue sofocado cuando Vanderdecken arrojó a su líder por la borda, mientras los horrorizados pasajeros y tripulantes se encomendaban a Dios. En respuesta a sus plegarias las nubes se abrieron y una luz incandescente iluminó el castillo de proa, dejando ver una figura gloriosa que según algunos, era el Espíritu Santo, y para otros, Dios.

Relatan que ésta figura se enfrentó con Vanderdecken y le dijo que, ya que disfrutaba con el sufrimiento ajeno, desde ese momento sería condenado a recorrer el océano eternamente, siempre en medio de una tempestad, y que provocaría la muerte de todos aquellos que lo vieran, que su único alimento sería el hierro al rojo vivo, su única bebida la hiel, y su única compañía el grumete, a quien le crecerían cuernos en la cabeza y tendría las fauces de un tigre y la piel de una lija. Con estas palabras la visión desapareció, y con ella todos los pasajeros y tripulantes. Vanderdecken y el grumete quedaron abandonados a su destino.

Ésta es la versión clásica de la historia del Holandés Errante; pero hay quienes sostienen que la historia se originó a partir de un hecho real, aunque no hay acuerdo sobre cuales fueron esos sucesos. Hay una versión que nace de la saga escandinava de Stote, un vikingo que robó un anillo a los dioses y cuyo esqueleto, cubierto con un manto de fuego, fue hallado después sentado en el palo mayor de una nave negra y fantasmal.

Por otro lado, ciertas fuentes citan que fue el capitán holandés Bernard Fokke (siglo XVII) quien sirvió de modelo para la historia del buque fantasma. Fokke fue célebre por la extraña velocidad de crucero que alcanzaba en las travesías entre Holanda y Java, por lo que se sospechaba que había firmado un pacto con el demonio. Asimismo se dice que éste juró, de cara a una tormenta, que no daría marcha atrás hasta haber doblado el Cabo de Buena Esperanza aunque le costase llegar al Juicio Final. Se ha hablado también de un horrible crimen cometido a bordo del barco, e incluso de una terrible epidemia que infectó a la tripulación, por la cual no se le permitió desembarcar en ningún puerto, siendo condenados desde entonces (barco y marineros) a navegar eternamente, sin posibilidad de pisar tierra. Con respecto a las fechas en que hubo ocurrido, se mencionan los años 1641, 1680, 1729...

Esta historia establece algo más que una ficción, acaba siendo una funesta historia del mar para asustar a crédulos marineros de agua dulce en tabernas portuarias. Se cuenta que éste barco fantasma fue avistado en numerosas ocasiones, como por ejemplo, que el 3 de agosto de 1942, alrededor de las 21 hs cerca de Ciudad del Cabo, Nicholas Monsarrat dijo ver un barco de vela fantasmal al que le hizo señas pero no obtuvo ninguna respuesta; hay otra que dice que durante un día tranquilo de 1941, una muchedumbre en la playa Glencairn vio un barco con las velas llenas de viento, pero desapareció cuando esto estuvo a punto de estrellarse contra las rocas; también se dijo que fue visto en Muizenberg, en 1939.

Las versiones de la leyenda son innumerables y ha inspirado muchas obras de ficción. Algunas cuentan que la historia originariamente es holandesa donde el capitán recibe el nombre de Falkenburg, mientras que otras afirman que está basada en la obra de teatro The Flying Dutchman (1826) del dramaturgo inglés Edward Fitzball, o en la novela The Phantom Ship («El buque fantasma», 1837) de Frederick Marryat, donde da al capitán del barco el nombre de Van der Decken (que significa «en cubierta»).Otras versiones aluden a la ópera El holandés errante, de Richard Wagner (1841) y a The Flying Dutchman on Tappan Sea de Washington Irving (1855) donde el capitán recibe el de Ramhout van Dam.

Cabe recordar que existen muchos casos de barcos que fueron abandonados por su tripulación, creyendo que estaban a punto de zozobrar, y que luego siguieron a flote durante días, semanas, meses e incluso años; el más famoso de estos barcos es el Mary Celeste, pero no es el único, quizá una de las historias más notables sea la del Marlborough, que desapareció en 1890 mientras se dirigía de Australia a Inglaterra, hallando después de 23 años frente a las costas de Chile.

Si es verdad que el barco aun navega los mares o es simplemente un mito, quizás sólo lo sepan el mismo capitán y aquella figura que ante él se apareció; lo cierto es que la historia del Holandés Errante se ha extendido por todo el globo e incluso ha llegado al cine; por las dudas, veamos bien el horizonte porque resulta fácil imaginar el efecto en las mentes de supersticiosos, marinos o no, cuando ven al buque abandonado emerger súbitamente de la niebla.

Recuerda…

Disfruta el tiempo.
Sé fiel contigo.
Sigue tu camino.

La tierra tiene límites, pero la estupidez de la gente es ilimitada.
Gustave Flaubert

Hasta un nuevo encuentro…
Khyronthell

Ilustración: Anne Stokes

abril 11, 2008

Basilisco

Es el mítico rey de las serpientes de la mitología griega. El Basilik, que significa “pequeño rey”, era considerado en el siglo VIII, una serpiente con unos cuernos en la cabeza en forma de corona.

Su creencia se esparció por toda Europa, cuando Roma expandía su dominio, por ese entonces, Plinio el Viejo en su conocida Historia Naturalis, lo describía como el resultado de la unión de una serpiente con un gallo; una serpiente con una corona de oro de escaso tamaño y pésimo genio ya que su potente veneno logra marchitar las plantas y su mirada es tan mordaz que mata a los hombres".

Su origen no es del todo cierto, en el Bestiario de Pierre de Beauvais escrito en 1206; el autor alude a que el Basilisco, tenía que nacer de un huevo deforme, puesto por un gallo de siete años de edad, durante los días de la estrella del can mayor sirio, el huevo, era fácil de reconocer ya que no tenía forma oval sino que era esférico; no tenia cascaron sino que estaba recubierto por una gruesa membrana que, según algunos, era veteada. Este huevo era incubado por un sapo durante 9 años, al final nacía una criatura malvada y ponzoñosa que poseía las características de sus progenitores: cabeza de gallo, cuerpo de sapo y cola de serpiente. Otra manera de nacer y probablemente la más aceptada, es que nace de un huevo puesto por un gallo e incubado por una serpiente, que nace con cuerpo de gallo, lengua de serpiente y cresta.

Entrada la Edad Media, pasó a ser un gallo con cuatro patas, plumas amarillas, grandes alas espinosas y cola de serpiente que podía terminar en garfio; también hay versiones con ocho patas y escamas en vez de plumas.

El Basilisco era extremadamente temido, se creía que emanaba llamaradas de fuego por la boca, logrando que se secaran las plantas, se quemaran los pastos, se quebraran las piedras y el agua se envenenaba con su veneno; pero su más temible característica era que podía matar a un hombre o un animal simplemente con mirarlo a los ojos.

La única forma de matar un basilisco era colocando un espejo frente a sus ojos, el animal moría al ver su propia mirada venenosa; por eso era tradición llenar la casa de espejos, ya que se creía que se ocultaba en los rincones. Se decía también que un basilisco moría cuando oía el canto de un gallo, que para él era mortal, o se topaba con su principal enemigo, la comadreja que es inmune a su mirada. Hay leyendas que cuentan que Alejandro Magno logro matar uno, y que San Trifón el logro domesticar a la bestia.

Como casi todas las bestias mitológicas, el basilisco tiene una larga historia entre los mitos y su origen se diluye en el tiempo. Si bien han quedado registros de su creencia o existencia en las artes, son los relatos escritos los que cuentan con mayor detalle su historia; por ejemplo, los egipcios creían que el basilisco nacía de los huevos de Ibis; en el Antiguo Testamento hay siete referencias al basilisco, en cuatro libros distintos. En el siglo I DC, es visto como una serpiente excepcionalmente dañina, y hacia el siglo VIII, era considerado una serpiente con una mancha en la cabeza en forma de corona.

A lo largo de la Edad Media, son comunes en Europa los bestiarios, Isidoro de Sevilla copia a Plinio con modificaciones propias en el siglo VII, uniendo al basilisco con otros seres como el Catoblepas (cuadrúpedo de pesada cabeza que mata al que mira sus ojos, y al que citan, entre otros, Elieno, Ateneo, Solino y Pomponio Mela), o la Cockatrice (una criatura legendaria que parece un gallo con la cola de lagarto, descubierto a finales del siglo XII en la Historia Natural de Plinio, como pariente del basilisco, y descripta por Laurence Breiner como la criatura que nadie vio; que nació por accidente a finales del siglo XVI y murió a mitad del siglo XVII, víctima de la nueva ciencia.)

Recuerda…

Disfruta el tiempo.
Sé fiel contigo.
Sigue tu camino.

Cada paso que da el zorro le acerca más a la peletería
Proverbio chino

Hasta un nuevo encuentro…
Khyronthell

Ilustración: Anne Stokes